Redacción - El Semanal
Frente a la llegada del verano, muchas personas que sufren problemas vasculares como las varices se encuentran en alerta, ya que las altas temperaturas pueden agravar sus síntomas. Entre estos malestares se destacan la pesadez, calambres, cansancio, dolor, picor, parestesias, ardor o quemazón, según indican los expertos del Hospital Universitario de Torrejón. Es crucial mantener una rutina de cuidados específicos para prevenir complicaciones y garantizar una buena salud vascular durante los meses más calurosos.
Las varices son venas elongadas, dilatadas, tortuosas o ramificadas que dificultan el retorno eficaz de la sangre al corazón, generando hipertensión venosa y provocando síntomas molestos. En el caso de los miembros inferiores, se produce un aumento de la presión hidrostática, lo que origina un estancamiento de la sangre en las venas afectadas. El Dr. David Fernández Caballero, Jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario de Torrejón, resalta que los hombres tienden a presentar varices de mayor calibre, mientras que las mujeres suelen manifestar síntomas de forma precoz y con mayor abundancia de varices de pequeño calibre.
El calor juega un papel importante en el empeoramiento de los síntomas de las varices, ya que provoca la dilatación de las venas, aumentando la presión en las zonas afectadas. Adicionalmente, la exposición solar y las altas temperaturas pueden ser causantes de la aparición de varices de pequeño calibre, como las telangiectasias. Para contrarrestar los efectos del calor, es recomendable utilizar ropa cómoda y fresca, evitar prendas ajustadas, aplicar baños de agua fría en las piernas y utilizar crema hidratante refrigerada en la zona afectada.
Además del calor, existen otros factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de varices, como permanecer de pie durante períodos prolongados, el género femenino, los embarazos, la herencia genética, la obesidad y ciertos tratamientos médicos. En caso de presentar síntomas o signos de enfermedad venosa, es indispensable acudir a un especialista de Angiología y Cirugía Vascular para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
El diagnóstico de las varices se realiza principalmente a través de la ecografía Doppler, que permite evaluar la presencia de reflujo venoso y determinar la gravedad de la patología. En caso de detectar alteraciones significativas, como insuficiencia en las venas safenas, se puede recomendar una intervención de endoláser de varices, un procedimiento mínimamente invasivo y ambulatorio que no requiere ingreso hospitalario. Esta cirugía sin cortes garantiza una pronta recuperación y mínimas molestias postoperatorias.
Por último, el factor hereditario puede jugar un papel determinante en la predisposición a padecer varices, aunque los mecanismos exactos de su manifestación aún no están completamente esclarecidos. En familias con antecedentes de varices, existe una mayor incidencia de esta afección vascular, lo que resalta la importancia de la genética en la salud venosa.
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