El peligroso vínculo entre la obesidad y el cáncer: ¿Por qué aumenta el riesgo de metástasis?

La obesidad y el sobrepeso son condiciones que van más allá de la estética y pueden tener consecuencias graves para la salud. Entre ellas, se ha establecido una relación directa con enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. De hecho, cada vez se evidencia más que la obesidad y el sobrepeso están relacionados con un aumento en el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. A pesar de que se han identificado estas asociaciones, la causa subyacente de por qué se puede desarrollar cáncer cuando se tiene exceso de peso aún no se ha comprendido completamente.

En el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), los equipos liderados por Guadalupe Sabio, Nuria Malats y Héctor Peinado están dedicados a investigar esta compleja relación entre la obesidad y el cáncer. Guadalupe Sabio, por ejemplo, ha demostrado que la obesidad está estrechamente relacionada con el cáncer hepático y de colon. Sus estudios han revelado que las dietas altas en grasas aumentan la propensión al cáncer hepático, y que la identificación y eliminación de proteínas activas en personas obesas puede reducir el riesgo de cáncer, especialmente en hombres.

Por otro lado, Nuria Malats, al frente del Grupo de Epidemiología y Genética Molecular del CNIO, ha liderado el estudio internacional PanGenEU centrado en el cáncer de páncreas. Su grupo ha demostrado que la diabetes tipo 2 de larga duración es un factor de riesgo para este tipo de cáncer, además de haber identificado condiciones previas que pueden llevar al desarrollo de la enfermedad oncológica.

En cuanto a la metástasis, Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO, está investigando cómo la obesidad puede favorecer la diseminación del cáncer a otros órganos del cuerpo. Su investigación ha mostrado que la obesidad aumenta la permeabilidad vascular y la actividad plaquetaria, facilitando así la metástasis. Además, su grupo está trabajando en estrategias terapéuticas basadas en cambios en la dieta, observando resultados prometedores en la reducción de la metástasis a través de una alimentación equilibrada y el uso de inhibidores de agregación plaquetaria.

En resumen, la obesidad y el sobrepeso no solo aumentan el riesgo de cáncer, sino que también pueden influir en la propagación de la enfermedad a otros órganos. Por ello, es fundamental adoptar hábitos saludables, llevar un estilo de vida activo y cuidar la alimentación para prevenir no solo la obesidad, sino también el desarrollo de diferentes tipos de cáncer. La prevención es clave en la lucha contra esta enfermedad, y es importante concienciar sobre la importancia de una dieta equilibrada y saludable en la prevención de diversas patologías.