El peso de la memoria: Ex miembro de una unidad militar de Gambia hallado culpable de torturas en EE.UU.
Denver, Colorado – Un tribunal de distrito en Denver ha dictado sentencia de culpabilidad contra Michael Sang Correa, un ciudadano gambiano, por siete cargos relacionados con la tortura de prisioneros políticos bajo el régimen del expresidente Yahya Jammeh. El caso, sin precedentes, se ha desarrollado bajo una legislación estadounidense poco utilizada que permite la persecución, en territorio norteamericano, de individuos acusados de tortura cometida en el extranjero.
Correa, quien se encontraba en Estados Unidos con un visado que finalmente superó su fecha de caducidad, fue acusado de haber participado activamente en la tortura de seis personas durante su pertenencia a los “Junglers”, una unidad militar de élite que respondía directamente al dictador Jammeh en 2006. La fiscalía expuso pruebas que vinculan a Correa con la sistemática brutalidad ejercida contra opositores políticos y presuntos golpistas.
El juicio ha cobrado una relevancia particular al poner de manifiesto la creciente voluntad internacional de perseguir crímenes de lesa humanidad, independientemente de la nacionalidad de los perpetradores o del lugar donde se cometieron los hechos. En los últimos años, diversos países europeos, como Suiza y Alemania, han juzgado y condenado a otros colaboradores del régimen de Jammeh por delitos similares, marcando un hito en la lucha contra la impunidad.

Durante el desarrollo del juicio, víctimas procedentes de Gambia, así como de diversos países europeos y de los Estados Unidos, testificaron de forma desgarradora sobre las torturas a las que fueron sometidas. Relatos de palizas brutales, asfixia con bolsas de plástico, quemaduras con cigarrillos y otros métodos de tortura escalofriantes, ilustraron la magnitud de la crueldad ejercida por los “Junglers”.
La defensa de Correa intentó minimizar su participación, argumentando que era un soldado de bajo rango obligado a obedecer las órdenes de sus superiores, bajo la amenaza de sufrir él mismo torturas o incluso la muerte. Sin embargo, el jurado consideró probadas las acusaciones y halló a Correa culpable en todos los cargos imputados.
El caso ha puesto el foco en la figura de Yahya Jammeh, quien gobernó Gambia con mano de hierro durante más de dos décadas antes de ser derrocado en 2017. Durante su mandato, el régimen de Jammeh fue acusado de violaciones sistemáticas de los derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y torturas.
En 2021, una comisión de la verdad establecida en Gambia recomendó el enjuiciamiento de los responsables de las atrocidades cometidas bajo el régimen de Jammeh. Aunque la capacidad de Gambia para llevar a cabo estos juicios es limitada, el caso de Michael Sang Correa en Denver demuestra que la justicia, aunque sea tardía, puede alcanzar a los perpetradores de estos crímenes, independientemente de su ubicación geográfica.
Este veredicto sienta un precedente importante en la aplicación de las leyes internacionales en materia de derechos humanos y refuerza el principio de que la impunidad no debe ser una opción para los responsables de torturas y otros crímenes de lesa humanidad. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de este caso, que podría inspirar nuevas iniciativas para llevar ante la justicia a los responsables de violaciones de los derechos humanos en todo el mundo.
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