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Expertos descartan eliminar barreras comerciales internas para el Día de Canadá

El Desafío de Eliminar las Barreras Comerciales en Canadá: Promesas y Realidades

Apenas un día antes de la celebración del Día de Canadá, el debate sobre la eliminación de las barreras comerciales internas sigue ocupando un lugar destacado en la agenda política del país. A pesar de los esfuerzos del gobierno federal por simplificar los procesos y reducir los obstáculos que encarecen los productos y limitan la movilidad laboral, los expertos advierten que el camino hacia un mercado interno completamente libre dista de ser sencillo.

La administración liberal, liderada por Mark Carney, ha logrado dar un paso significativo al promulgar la Ley C-5, una norma que busca eliminar duplicidades regulatorias y agilizar los permisos para proyectos de infraestructura. Sin embargo, la legislación ha quedado lejos de cumplir con la promesa de "libre comercio para el Día de Canadá" que Carney repitió durante su campaña electoral. Según analistas, este marco legal es apenas el inicio de un proceso complejo, sujeto a negociaciones con las provincias, que tienen la última palabra en muchas de estas regulaciones.

"Es como disparar la pistola de salida, pero la carrera será larga", explica Ryan Manucha, experto en comercio interno y autor de un libro sobre los conflictos interprovinciales en Canadá. "Si fuera fácil, ya se habría solucionado hace décadas". Manucha señala que, aunque la ley marca un avance, detalles cruciales —como los estándares de inspección alimentaria o las licencias laborales— aún dependen de acuerdos futuros entre jurisdicciones.

Uno de los mayores desafíos es la falta de consenso sobre qué constituye exactamente una barrera comercial. Mientras algunas provincias, como Nueva Escocia, han reducido los plazos para reconocer credenciales profesionales a solo diez días, otras mantienen requisitos más lentos y burocráticos. Además, sectores clave como el lácteo, protegido por un sistema de gestión de la oferta, o las cooperativas de crédito, que enfrentan restricciones para operar entre provincias, quedaron fuera de la reforma.

El gobierno federal insiste en que su prioridad ahora es convencer a las provincias de alinear sus normativas. Chrystia Freeland, ministra de Comercio Interior, ha anunciado una reunión con sus homólogos provinciales el 8 de julio para abordar, entre otros temas, la fragmentación en las regulaciones del transporte de mercancías. "No tiene sentido que un camión que va de Halifax a Vancouver tenga que cumplir con requisitos distintos en cada provincia", afirmó.

Aunque la Ley C-5 es un avance, su impacto real dependerá de cómo se aplique en los próximos meses. Para muchos analistas, la presión internacional —especialmente tras las tensiones comerciales con Estados Unidos— ha sido el detonante de este esfuerzo. Pero desmantelar un siglo de proteccionismo interprovincial requerirá más que buenas intenciones. Como concluye Manucha: "Estamos cambiando la forma en que Canadá entiende el comercio. Y eso lleva tiempo".

Mientras el país celebra su fiesta nacional, la pregunta sigue en el aire: ¿Podrá Canadá superar finalmente sus propias divisiones económicas? La respuesta, por ahora, parece estar tan fragmentada como sus normas.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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