Un padre británico y su hija resultaron gravemente heridos por un atentado suicida en el Manchester Arena en 2017, donde fallecieron 22 personas después de un concierto de Ariana Grande. Recientemente, ganaron una demanda por acoso contra un ex productor de televisión que afirmó que la tragedia era un montaje.
Richard Hall, el productor independiente, había difundido falsas afirmaciones en videos, una película y un libro, sosteniendo que el atentado en el Manchester Arena había sido escenificado con actores y que nadie resultó herido o fallecido.
El juez Karen Steyn calificó la conducta de Hall como negligente y abusiva de la libertad de prensa, al publicar repetidamente acusaciones falsas basadas en análisis débiles y desestimar la trágica realidad confirmada por varias personas. La explosión que causó la tragedia ocurrió cuando Salman Abedi detonó una bomba escondida en una mochila al final del concierto de Grande el 22 de mayo de 2017.
Además de las víctimas mortales, más de 260 personas resultaron heridas y cientos más sufrieron «profundos daños psicológicos» según la policía. El hermano menor de Abedi, Hashem Abedi, fue condenado por 22 cargos de asesinato y sentenciado a un mínimo de 55 años de prisión por su complicidad en la planificación del ataque.
Como resultado del atentado, Hibbert quedó paralizado de cintura para abajo y su hija, quien tenía 14 años en ese momento, estuvo al borde de la muerte y quedó con graves daños cerebrales. La jueza decidirá sobre los daños en una audiencia futura, considerando también una demanda separada por violaciones de protección de datos.
Hibbert calificó la decisión como una «victoria completa» y expresó su deseo de que Hall sea objeto de una orden judicial y que se cree una nueva ley, posiblemente nombrada en honor a su hija, para proteger a otros de situaciones similares. Este caso recuerda a las demandas en Estados Unidos de padres de niños fallecidos en la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2012, quienes demandaron con éxito al teórico de la conspiración Alex Jones por sus falsas afirmaciones de que la masacre era un montaje. Jones ha sido condenado a pagar $1.5 mil millones en daños.
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