Redacción - El Semanal
La Caja Real de Wimbledon 2025 reúne a la realeza, estrellas del deporte y Hollywood
El torneo de Wimbledon 2025 ha arrancado con su habitual despliegue de elegancia y tradición, y la Caja Real, ubicada en la pista central, sigue siendo uno de los espacios más codiciados. Este año, la lista de invitados incluye desde miembros de la realeza hasta iconos del deporte y figuras de Hollywood, todos ataviados conforme al estricto código de vestimenta que caracteriza al campeonato.
Un toque de realeza
Princesa Beatriz y su madre, Sarah Ferguson, duquesa de York, protagonizaron una de las apariciones más destacadas. Beatriz lució un vestido camisero a rayas azules, con un clutch de ante y su melena ondulada, mientras que Ferguson eligió un conjunto floral en tonos verdes. Su presencia reforzó el vínculo histórico entre la familia real británica y el torneo, recordando pasadas épocas en las que la reina Isabel II era una asistente asidua.
Deportistas en primera fila
David Beckham, recién operado del codo, no quiso perderse la cita. Acompañado de su madre, Sandra, el exfutbolista hizo gala de su elegancia habitual, a pesar del cabestrillo. Junto a él, Gareth Southgate, ahora sir tras su reciente investidura, compartió momentos de complicidad.
Otra pareja que llamó la atención fue la formada por el exjugador de críquet Stuart Broad y su esposa, Mollie King, integrante del grupo The Saturdays. Su asistencia confirma que Wimbledon sigue siendo un punto de encuentro para las celebridades del deporte británico.
Hollywood en la hierba
El actor Eddie Redmayne, ganador de un Óscar, y su esposa, Hannah Bagshawe, aportaron un toque cinematográfico al evento, junto a Jason Isaacs, conocido por su papel en The White Lotus. Su presencia subraya la fascinación que el torneo despierta más allá del ámbito deportivo.
Tradiciones inquebrantables
A pesar de los cambios —como la introducción de jueces de línea electrónicos—, Wimbledon mantiene sus señas de identidad: el strawberries and cream, los códigos de vestuario rigurosos y la decoración floral en tonos morados y verdes. La Caja Real, con su mix de historia y glamour, sigue siendo el corazón simbólico de un torneo que resiste al paso del tiempo sin perder un ápice de distinción.
Un evento donde el tenis se mezcla con la alta sociedad, confirmando que, más que un deporte, Wimbledon es un fenómeno cultural.
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