Leonardo da Pinchy, el gato que prefiere robar ropa interior antes que recibir cariño

El gato que prefiere la ropa interior a los mimos: la curiosa obsesión de un felino en Nueva Zelanda

En el barrio de Auckland, Nueva Zelanda, un minino de nombre Leonardo da Pinchy ha logrado lo que pocos felinos domésticos consiguen: convertirse en una sensación local sin necesidad de ronroneos o lametones. Pero su fama no se debe a su afecto, sino a un hábito peculiar y persistente: robar ropa interior ajena. Mientras muchos gatos llevan a casa presas como ratones o pájaros, este astuto animal ha optado por un botín mucho más personal.

Los dueños del felino, que prefieren mantener su identidad en reserva, admiten haber pasado de la perplejidad a la resignación. "Al principio pensábamos que era casualidad, pero pronto descubrimos que era sistemático: medias, calzoncillos, sostenes… Nada está a salvo", confiesan entre risas. Las víctimas de Leonardo, vecinos del área, han reportado hasta una docena de incidentes en los últimos meses.

Expertos en comportamiento animal sugieren que la conducta podría deberse a un instinto de caza mal canalizado. "Algunos gatos trasladan su necesidad de capturar objetos a prendas con olores familiares, que les resultan llamativas", explica un etólogo consultado. Sin embargo, Leonardo parece haber elevado el hurto a un arte. Según testigos, el animal actúa con precisión quirúrgica: salta cercas, abre cajones e incluso sortea ventanas entreabiertas para conseguir su premio.

Aunque los lugareños bromean sobre crear una "exposición de lencería recuperada", la paciencia no es infinita. Algunos residentes han optado por medidas creativas, como instalar cámaras o esconder la ropa en armarios con pestillo. Mientras, las redes sociales ya han bautizado al gato como "el ladrón más elegante de Auckland", y no son pocos los que siguen sus hazañas con curiosidad.

Para sus dueños, sin embargo, el desafío sigue siendo el mismo: conseguir que Leonardo dirija su ingenio hacia algo menos comprometedor. "Le compramos juguetes, pero prefiere lo prohibido", admiten. Mientras tanto, el felino sigue campando a sus anchas, demostrando que, en el mundo de las mascotas, la fama a veces llega por los caminos más insospechados.