La comunidad deportiva se despide de Dick Barnett, una figura icónica cuya influencia trascendió las parquets para dejar una huella imborrable en la historia del baloncesto. Barnett, dos veces campeón de la NBA con los New York Knicks, falleció a los 88 años, según anunció la propia franquicia a través de un comunicado, aunque no se proporcionaron detalles sobre la causa de su deceso.
Barnett fue una pieza fundamental en los equipos de los Knicks que conquistaron los títulos de la NBA en 1970 y 1973. Su legado se extiende más allá de sus logros profesionales, ya que también formó parte de la histórica potencia universitaria de Tennessee A&I (posteriormente Tennessee State), la primera institución históricamente afroamericana en ganar un campeonato nacional de baloncesto. Este logro colectivo también le valió un lugar en el Salón de la Fama del Baloncesto Naismith Memorial, donde fue honrado tanto por su carrera individual como por su contribución a aquel equipo pionero.
Nacido en Gary, Indiana, Barnett brilló con luz propia en la dinastía de Tennessee A&I, que se alzó con tres campeonatos consecutivos de la NAIA a partir de 1957. Durante ese periodo, fue nombrado All-American en cada temporada y elegido MVP del torneo NAIA en dos ocasiones.

Su carrera profesional comenzó en 1959, cuando fue seleccionado en la quinta posición del draft por los Syracuse Nationals. Posteriormente, jugó para Los Angeles Lakers antes de unirse a los New York Knicks en 1965. Pasó nueve temporadas con la franquicia neoyorquina, promediando 15.6 puntos por partido y siendo un factor determinante en sus campeonatos. Su impacto en el equipo es innegable, situándose como el noveno máximo anotador en la historia de los Knicks. En reconocimiento a su contribución, su camiseta con el número 12 fue retirada en 1990, colgando permanentemente en el Madison Square Garden.
La lucha de Barnett por el reconocimiento de su equipo universitario fue larga y finalmente fructífera. Los Tigres de Tennessee A&I fueron finalmente incluidos en el Salón de la Fama en 2019, con Barnett como representante en el escenario. En 2024, el equipo fue invitado a la Casa Blanca, donde tuvieron la oportunidad de reunirse con la vicepresidenta Kamala Harris.
Además de su inducción al Salón de la Fama como miembro de su equipo universitario, Dick Barnett fue honrado de forma individual en 2024, consolidando su estatus como una leyenda del baloncesto. Fue seleccionado en una ocasión para participar en el All-Star Game de la NBA, un testimonio de su habilidad y reconocimiento entre sus pares. La partida de Dick Barnett deja un vacío en el mundo del baloncesto, pero su legado, forjado a través de la excelencia en el campo y la lucha por el reconocimiento, perdurará para siempre.

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