La búsqueda del amor entre musulmanes en Estados Unidos: entre la tradición y las apps
En una era donde las conexiones digitales dominan el panorama del cortejo, las comunidades musulmanas en Estados Unidos enfrentan un desafío singular: encontrar pareja sin perder de vista sus valores religiosos y culturales. Desde aplicaciones de citas hasta encuentros organizados por mezquitas, las estrategias son tan diversas como las propias identidades de quienes buscan compromiso.
Un caso emblemático es el de Nura Maznavi, abogada y escritora hija de inmigrantes de Sri Lanka, quien conoció a su marido en Match.com hace más de una década, cuando las plataformas digitales aún no eran la norma. "Me resistí al principio, pero al final valió la pena", confiesa. Su experiencia refleja una tendencia creciente: según datos recientes, el 60% de los musulmanes estadounidenses consideran la religión como un pilar fundamental en sus vidas, un porcentaje cercano al de los cristianos en el mismo país.

El programa Muslim Matchmaker, emitido en Hulu, ha puesto sobre la mesa las complejidades de este proceso. Las expertas Yasmin Elhady y Hoda Abrahim, responsables del show, trabajan con una metodología basada en encuentros estructurados y cuestionarios de compatibilidad. Un aspecto polémico ha sido su "relación halal-haram", un término que evalúa cómo se alinean los niveles de observancia religiosa entre las parejas. "No se trata de normalizar lo prohibido, sino de reconocer que cada persona practica su fe de manera distinta", aclara Abrahim, ante las críticas recibidas.
Pero no todo es digital. En espacios como la Universidad Rutgers, el capellán musulmán Kaiser Aslam asesora a jóvenes sobre cómo abordar el noviazgo dentro de los límites islámicos. "Hablamos de encuentros con chaperones, conversaciones serias y evitar la intimidad física antes del matrimonio", explica. Sin embargo, advierte sobre un obstáculo añadido: los prejuicios culturales. "Algunas familias aún rechazan uniones fuera de su grupo étnico, aunque el islam promueve la diversidad".
Tahirah Nailah Dean, abogada divorciada, conoce bien estas barreras. "Como mujer negra y latina, he sentido cómo ciertos perfiles priorizan la etnicidad", relata. Tras probar con apps y eventos en mezquitas, ahora retoma la búsqueda, consciente de que el camino no es fácil.
¿Dating, cortejo o algo intermedio? El debate sobre cómo nombrar estas interacciones sigue abierto. Para Elhady, más allá de las etiquetas, lo esencial es claro: "Todos buscan amor, pero en un mundo moderno que a menudo dificulta las conexiones auténticas". Entre tradiciones ancestrales y pantallas táctiles, la comunidad musulmana estadounidense redefine el romance sin perder su esencia.

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