Periodistas liberados en Marruecos tras larga detención | El Semanal.

En Marruecos, tres periodistas que fueron condenados a años de prisión tras escribir sobre corrupción y abuso de poder han sido liberados el lunes después de recibir el perdón del Rey Mohammed VI. Omar Radi, Taoufik Bouachrine y Soulaimane Raissouni se encontraban entre las 2,278 personas indultadas esta semana, según informó el Ministerio de Justicia de Marruecos. Estos indultos se anunciaron en vísperas de la celebración del 25 aniversario de la ascensión al trono de Mohammed VI.

La legislación marroquí otorga al rey, en calidad de jefe de estado, el poder de conceder tales indultos, los cuales aplican a las condenas de prisión de los periodistas pero no a las sanciones civiles ni a las multas que los tribunales ordenaron pagar a sus acusadores.

Los periodistas fueron liberados de la prisión de Tiflet, una localidad al este de Rabat, ante un grupo de eufóricos seguidores. Activistas de derechos humanos aplaudieron los indultos, aunque señalaron que esta acción no exonera lo que han catalogado como la persecución y enjuiciamiento políticamente motivados de las autoridades marroquíes hacia los periodistas.

«Felicitaciones. En espera de los demás, y de la democracia,» escribió el activista de derechos humanos Fouad Abdelmoumni en Facebook, refiriéndose a que varios disidentes aún permanecen tras las rejas en este reino del norte de África.

Estos periodistas han sido durante años emblemáticos de la represión de Marruecos hacia aquellos que critican a las autoridades, incluyendo a empresas y funcionarios con estrechos vínculos con el palacio.

Marruecos, una monarquía constitucional, es conocido como un aliado estable y confiable en la lucha contra el terrorismo y un atractivo destino turístico en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, los procesos judiciales contra los periodistas generaron críticas por parte del Departamento de Estado de EE. UU., el Parlamento Europeo y una serie de organizaciones defensoras de la libertad de prensa.

Cada uno de los tres periodistas fue declarado culpable de delitos sexuales que vehementemente negaron como motivados políticamente y relacionados con su labor. En medio del movimiento Me Too, grupos de derechos humanos señalaron que todas las acusaciones merecían ser investigadas, pero acusaron a Marruecos de usarlas como arma difamatoria e intimidatoria contra sus críticos.

«Las autoridades marroquíes han desarrollado y perfeccionado una serie de tácticas para silenciar la disidencia,» escribió Human Rights Watch en un informe de 2022 sobre 12 casos judiciales contra críticos políticos en el reino. «A finales de la década de 2010, las autoridades comenzaron a procesar a críticos por delitos graves como blanqueo de dinero, espionaje, violación o agresión sexual, e incluso tráfico de personas.»

Las crudas acusaciones contra los periodistas recibieron abundante cobertura en medios de comunicación vistos como cercanos a las autoridades marroquíes.

Fueron puestos bajo el foco internacional cuando Amnistía Internacional y el consorcio de periodismo con sede en París Forbidden Stories publicaron documentos filtrados que sugerían que los tres periodistas estaban entre las personas espiadas por funcionarios marroquíes mediante malware instalado en sus teléfonos inteligentes. Las autoridades negaron vigorosamente haber llevado a cabo tales acciones.

Bouachrine, columnista de opinión y editor de un periódico crítico independiente, Akhbar al-Youm, fue condenado a 12 años de prisión en 2018 tras ser hallado culpable de tráfico de personas, agresión sexual y violación.
Raissouni, también exeditor de Akhbar al-Youm, fue condenado a cinco años por cargos que incluían agresión sexual en 2021.
Radi, reportero de investigación y activista, fue condenado a seis años en 2021 por cargos de espionaje y agresión sexual.

Otros indultados incluyen al Youtuber Reda Taoujni, al activista Youssef El Hirech y a Saida Alami.