Redacción - El Semanal
El Partido Verde de Canadá busca nuevo líder tras la salida de Elizabeth May
La política canadiense vive un momento de transición. Elizabeth May, figura emblemática del Partido Verde, anunció que no conducirá al partido en las próximas elecciones federales, marcando el inicio de una nueva etapa para la formación ecologista. May, sin embargo, aclaró que seguirá ejerciendo como diputada y líder interina hasta que se elija a su sucesor.
En un correo enviado a los militantes, May destacó la importancia de fortalecer el partido antes de su salida. "Mi voz en el Parlamento, como única representante verde, es más poderosa mientras siga al frente", escribió. Entre sus prioridades mencionó la crisis climática, la justicia social y la búsqueda de paz en regiones en conflicto, sin olvidar la necesidad de consolidar las finanzas del partido.
El Partido Verde atraviesa un período complejo. Tras las últimas elecciones, solo May logró mantener su escaño en la Cámara de los Comunes, un resultado que contrasta con los tres diputados que el partido consiguió en 2021. La decisión de reducir estratégicamente el número de candidatos verdes —debido a trabas burocráticas, como la exigencia de 100 firmas por distrito— fue polémica y, según May, perjudicó sus posibilidades. La exclusión de los debates televisados agravó la situación, algo que la líder calificó de "antidemocrático".
El relevo generacional no será sencillo. May asumió el liderazgo en 2006, lo dejó en 2019 —cuando Annamie Paul tomó el mando— y regresó en 2022 junto a Jonathan Pedneault, quien renunció en abril tras los magros resultados electorales. Ahora, el Consejo Federal del partido busca evitar los errores del pasado y diseñar una transición ordenada, aunque el camino para recuperar influencia se anuncia arduo.
Mientras tanto, May sigue concentrada en su labor parlamentaria y en sentar las bases para que su sucesor herede un partido más sólido. Los detalles sobre el proceso de elección interna se darán a conocer en las próximas semanas, pero una cosa es clara: el Partido Verde enfrenta un desafío existencial en un escenario político cada vez más polarizado.
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